15/07/2015
Si eres de los afortunados que disponen de segunda vivienda donde pasar parte de las vacaciones, seguro que prefieres que esta tenga una imagen distinta a la residencia principal, para diferenciar claramente los dos espacios.
Antes de decorar la casa de verano hay que prestar especial atención al entorno y adaptar los colores de las paredes y el mobiliario al ambiente. Lo ideal es apostar por tonos frescos, que potencien la luminosidad, como el blanco, los tonos piedra o incluso el color marfil.
Sea como sea, lo recomendable es que la imagen de tu casa de verano varíe en función de su emplazamiento, por lo que no deberías decorarla igual si se encuentra en la montaña que si se ubica en la playa… Descubre aquí algunos consejos.
Una casa en la montaña
Si tu segunda residencia se encuentra en la montaña o en un emplazamiento cercano a ella, es recomendable adaptar la decoración a dicho entorno y adoptar un estilo rústico, que le dé una imagen atemporal y hogareña.
Así, los muebles y objetos de madera serán los protagonistas indiscutibles. Escoge piezas de mobiliario de aire antiguo, que se alejen de la estética moderna y minimalista que impera en muchos hogares. El truco está en utilizar elementos, como pavimentos o revestimientos de piedra, madera o cerámica, que añadan una apariencia natural y acogedora a la estancia.
No te olvides de los objetos de decoración antiguos. Todo ello en tonos blancos, pero también en amarillos, tierra, rojizos, verdes y anaranjados, para darle a la vivienda esa aura campestre que buscas.
El apartamento de la playa
Si, por el contrario, la vivienda se encuentra cerca de la playa, es preferible que optes por un estilo decorativo tranquilo y relajado, en el que predominen los azules, amarillos, tostados, blancos o grises; tonos idóneos para conectar el entorno marítimo con el interior de la vivienda.
Si tienes la suerte de ver el mar desde algunas de las estancias, es imprescindible que coloques los muebles de manera que puedas disfrutar de esas vistas. Recuerda que estás de vacaciones, así que visualizar el mar puede ser la mejor forma de gozar de la calma y la tranquilidad.
Con las ideas y venidas a la playa, lo normal es que algo de agua o arena se cuele en la casa, así que es recomendable que elijas suelos resistentes como el mármol, el gres, los cerámicos o el terrazo. Para acabar de completar el espacio, tejidos como el lino, el algodón o la gasa darán una aire fresco a tu casa de la playa.
La comodidad es primordial
Tanto si tu segunda residencia se encuentra en la montaña o cerca del mar hay un denominador común que siempre debe estar presente: la comodidad. Es muy importante buscar mobiliario sencillo, de fácil limpieza y escaso mantenimiento.
Lo ideal es optar por colocar solo los muebles imprescindibles, ya que el tiempo que pasas en la casa de verano es limitado y normalmente se puede prescindir de muchos objetos. Por eso, los muebles con más de una función cobran especial importancia.
Hay que destacar que en las segundas residencias, el salón se convierte en el espacio principal de la casa, donde disfrutar de largas veladas, tanto de día como de noche. Por eso, un amplio y cómodo sofá puede ser el elemento que presida esta estancia tan importante. No debes olvidar que este debe adoptar el estilo decorativo de la casa. Además, si quieres aprovechar la casa durante los meses de invierno, puedes optar por incorporar una chimenea.
Aprovecha las vistas
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