Quizás ya tengas un favorito entre los colores que hemos visto pero antes de decidirte es clave que pienses en el conjunto. O sea, no solo cuentan las paredes. Cuentan también la textura de estas (no es lo mismo una pared lisa que una de ladrillo visto, por ejemplo), el color del pavimento, el estilo y material del mobiliario y la luz que reciba, sobre todo. Si te falta luz, tendrás que huir de los tonos más oscuros, claro. O utilizarlos solo en una pared y hacer el resto blanco y con tonos suaves en los textiles.
LA PRUEBA INFALIBLE
- Una vez elegidos tus colores favoritos, pinta muestras (una tira vertical de 20x40 cm más o menos) en cada pared. Sobre todo en la del cabecero, porque es la que se lleva luego todas las miradas, con lo cual es la que más peso tiene en el ambiente.
- Míralas a distintas horas del día para comprobar cómo cambian los colores con o sin luz.
- Y ten en cuenta que siempre verás más intenso el color en toda una pared que en la muestra.
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