Publicado en Habitaciones - Terrazas y jardines por Marta Sanz
Cuando los propietarios de este chalé, situado a las afueras de Oviedo y con unas vista excepcionales, decidieron comprar una casa en Asturias, les enamoró la azotea, que abarca toda la superficie de la planta superior. A pesar de ello, la amplia terraza estuvo años sin ser amueblada, ya que sus dimensiones requerían de un costoso proyecto de decoración. Hasta que un día llegó una Decoratrix amiga nuestra y les planteó habilitar sólo una parte. El suelo era una magnífica base, madera de teca, que ya aportaba la calidez necesaria.
Pocos muebles y muchas plantas
La idea principal fue centrarse en una de las esquinas, la que tenía mejores vistas, con pocos muebles y muchas plantas. Una vez finalizada la estación veraniega, los muebles se podrían apilar y guardar bajo techo o bien cubrir con plásticos de jardinería, ya que son muebles de exterior pensados para resistir cualquier inclemencia.
El color naranja, dominante
La decoración tampoco resultó muy costosa: un sofá en forma de L, una mesa de centro y dos tumbonas, rodeadas de muchas plantas que sí podrían permanecer en el exterior todo el año. Para darle colorido, eligieron los tonos naranja para el textil, los complementos y la sombrilla.
Mobiliario resistente y decorativo
Eso sí, los muebles de exterior tenían que ser de calidad, y por eso se decidieron por la serie Delta de la fima Kettal, realizados en fibra sintética trenzada artesanalmente. Las tapicerías también tienen un tratamiento especial para aguantar las inclemencias climáticas.
La madera de teca como base
Dos tumbonas, también de madera de teca, son los únicos muebles auxiliares que se dispusieron junto a la zona de estar ¿Para qué más? Las macetas de autorriego y con ruedas son de Ikea y se complementaron con grandes macetones de cinc. Las plantas tenía que ser de la zona: hortensias, pendientes de la reina, tuyas y varios arces japoneses, colocados sobre la barandilla, para dar intimidad sin perder las magníficas vistas a la ciudad de Oviedo, en uno de esos escasos y sorprendentes días despejados que sólo se ven en el Norte. Fotos: Decoratrix.
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