Desde Decoesfera os proponemos dos artículos correlativos donde generamos propuestas e ideas para que las paredes de nuestras estancias tengan personalidad. Os sugerimos y recomendamos ciertas terminaciones en estas zonas. En la primera sesión os vamos a explicar las ventajas e inconvenientes de revestir estas zonas verticales con ladrillos vistos.
Las paredes de ladrillo visto tienen la desventaja de absorber mucha luz, es por ello que normalmente se combinan con paredes lisas y pintadas en tonalidades claras y medias e incluso combinando colores en decapé. Como vemos en las fotografías este recubrimiento se utiliza en zonas específicas y no se saturan las paredes con la misma terminación, ya que el ambiente quedaría demasiado recargado para un interior. La personalidad que le falta a una zona se puede obtener con esta terminación que a su vez se puede coordinar con el estilo industrial y el vintage. Se pueden adaptar materiales en el mobiliario como la madera, el acero, el cristal u otros. Una alfombra junto con algunos cojines crearán el look interior perfecto.
Una buena opción es pintar los ladrillos vistos en los espacios más pequeños, si decidimos decorar con ellos pero no nos interesa su color original. En la actualidad se usa el color blanco para darle ese efecto enladrillado pero a su vez crear amplitud en el ambiente. La luminosidad es un requisito imprescindible si tenemos pocos metros y al pintarlos se consigue este resultado diáfano y limpio.
Una opción decorativa muy interesante es poder rescatar paredes o muros antiguos que nos ofrecen algunas casas tradicionales. Así pues podemos restaurar viejas paredes que detrás de su enlucido esconden ladrillos o bien simular este efecto dejando partes en ladrillo y otras en cemento que proporcionan un efecto envejecido, de imperfecciones con manchas sin restaurar.
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