Las cenas y comidas navideñas son la oportunidad perfecta para adornar nuestras mesas y sacar a relucir esa vajilla, cristalería y cubertería reservada para las grandes ocasiones. Una mesa vestida con esmero transformará el ambiente consiguiendo, además, que los comensales afronten el menú con el mejor de los talantes.
Dependiendo del estilo decorativo de cada vivienda, los anfitriones adornarán con distintos motivos navideños el salón y el comedor. A continuación, damos algunas ideas para que sepas cómo incorporar los ornamentos según el ambiente que predomine en tu hogar:
Estilo clásico: vajillas de porcelana o antiguas, manteles de hilo; detalles en rojo y verde y el omnipresente Belén y/o árbol de Navidad de fondo. Se pueden vestir también las sillas, lucir los centros de mesa y los juegos de café.
Estilo contemporáneo: podemos arriesgarnos mucho más con los colores, incluso incorporar tonos pastel, prescindir del mantel y optar por caminos de mesa alegres y con detalles DIY.
Estilo rústico: complementos que remiten a la naturaleza, ramas o piñas y manteles más desenfadados primando el rojo y el verde. El mejor telón de fondo es una chimenea aunque también podemos optar por iluminación tenue con velas.
En nuestro país es poco habitual que todas las reuniones se celebren en una misma casa ya que por costumbre se suelen alternar las comidas y las cenas con distintas familias y amigos. Por esta razón, si este año acoges en tu hogar una de estas festividades, toma nota de nuestra guía para no perderte entre tantas guirnaldas, bolas y centros.
– Escoge entre vajilla o mantel. Una mantelería blanca siempre conseguirá que destaquen los platos. Un mantel con motivos navideños o de tono oscuro exige una vajilla neutra. Las combinaciones que mejor funcionan son: rojo-verde, dorado-blanco e incluso negro-plata, pero es el momento para innovar y arriesgarnos con nuevas composiciones.
– Si se trata de una cena podemos permitirnos el uso de las velas. Hay que cuidar que los detalles decorativos, centros de mesas o candelabros, no dificulten ni las conversaciones ni obliguen a amontonar los platos. Debemos en todo momento buscar la comodidad de los invitados. Calculemos que cada comensal necesita un espacio aproximado de 60-70 cm.
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– En la cena de Nochevieja, más informal y festiva, se puede optar por un buffet y dejar que nuestros invitados se muevan a sus anchas. Colocar la mesa pegada a una pared y habilitar una cómoda para los postres, uvas y bebidas es una magnífica opción.
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