Poco se parece a las viviendas familiares que estamos acostumbrad@s a ver, y el motivo principal quizás sea su distribución. El equipo de INT2architecture, responsable de este proyecto de interiorismo, diseñó una casa familiar con buhardilla y apostó por una decoración fresca, con cierto aire escandinavo. La construcción tiene tres alturas.En la planta baja se ubicaron el salón con comedor y cocina, además de un dormitorio y dos baños. El primer piso se reservó para los tres dormitorios y otro cuarto de baño, y el segundo, la buhardilla, se habilitó como un pequeño apartamento, con salón, zona de trabajo y una barra de bar. ¿Quieres verlo?
La cocina es un espacio abierto, con una distribución lineal de los muebles y una isla que hace las veces de barra de desayunos y separa la cocina propiamente dicha del comedor. En su decoración se jugó con muebles, revestimientos y encimera en blanco, superficies de madera en un tono intermedio, con vetas y nudos bien marcados, y pinceladas de color rojo. El resultado es un ambiente moderno, funcional, fresco y juvenil. El soporte para sartenes que cuelga del techo sobre la isla da un toque tradicional a la estancia, si bien su diseño de líneas rectas en madera clara está acorde con el resto de la decoración.
Salón, comedor y cocina comparten el mismo espacio, de manera que la familia puede reunirse y compartir. Sin duda, una solución con mucho éxito que permite que cada uno puede desarrollar la función que le ocupa sin perder el contacto visual con el resto de miembros de la familia. El respaldo del sofá del salón separa esta zona del comedor. Tonos grises, crudos y maderas claras y en acabado natural marcan la decoración de estos dos ambientes.
Los dormitorios se ubicaron en la segunda planta de la vivienda. En el principal,decorado en tonos beis y azules, se logró una atmósfera serena y relajante. El interiorismo es sobre todo cálido y su estilo es definitivamente el escandinavo.
Los dos hijos de la pareja comparten habitación. El techo de vigas de madera pintadas en azul, suelo de madera natural y paredes en tonos neutros son el fondo ideal para un dormitorio que parece sacado de las páginas de un cuento. Cuenta condos camitas en madera blanquecina, con cajones inferiores que ofrecen valiosas zonas de almacén, que se colocaron enfrentadas para dejar espacio a una zona de juegos, formada por una mesa redonda y varias sillitas.
En el cuarto de baño principal se apostó por una estética actual, moderna, contemporánea con el mismo aire escandinavo que domina en toda la vivienda. Sin duda, el gran atractivo de la decoración es el contrastes de texturas, materiales y colores que combinan a la perfección: revestimientos cerámicos en blanco, gresite en color chocolate en la zona de la bañera, superficies de madera clara, techo de viguería vista de madera envejecida…
Y llegamos a la buhardilla de la vivienda, habilitada como un apartamento, o piso de soltero, con zona de estar, una barra de bar y un rincón de trabajo. Esta planta sigue la misma línea estética que el resto de la casa, con una decoración en tonos neutros, azules, pinceladas rojas y superficies de madera en acabado natural para aportar calidez.
Para disfrutar de una taza de café o un tentempié, se creó una “zona de bar” de estética retro industrial, con una encimera de madera apoyada en tres bidones rojos y varios taburetes.
La zona donde la inclinación del techo es mayor se reservó para crear un rincón de trabajo, con un escritorio y la silla Eames Plastic Armchair DAW, de Vitra. En este caso, el tabique de medio cuerpo que sirve de apoyo al televisor delimita este ambiente de la zona de estar. Las buhardillas son espacios realmente sugerentes, a los que se les puede sacar mucho partido. Lo habitual es que, al no ser muy amplias, se dedique todo el espacio a un sólo uso (un dormitorio, un estudio, una zona de televisión o juegos…) pero cuando son un poquito más espaciosas y altas, como en este caso, es posible convertirlas hasta en ¡un apartamento! Fotografías: INT2architecture.
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