¿Te gusta la decoración natural a partir de
hojas, flores en rama,
ramas, o
troncos de árbol? entonces creo que este DIY te puede gustar. Lo he hecho a partir de materias naturales, inertes por la llegada del frío y el otoño, que he recogido del suelo, limpiado, y dejado secar; sencillamente unas ramas, y unas cuantas hojas secas.
Creo que todo en la naturaleza es bonito y aprovechable, y es una manera de decorar paredes en 3D y de forma ecológica, económica, y con una dificultad mínima. Esta composición con ramas y hojas secas la he hecho en un ratito pero la cosa comenzó al comienzo del otoño cuando cayeron las primeras hojas. Un día, de vuelta a casa, vi unas hojas secas caídas a los pies de unos Magnolios, y me parecieron muy bonitas; primero por el color: el verde intenso característico de las hojas del Magnolio en la época estival, había mutado a una gama colores cálidos entre camel y rojizo, como una tarima de roble.
Al tocarlas me llamó la atención la textura, con un tacto suave y parecido al cuero, pero a la vez firme y consistente.
Me llevé unas cuantas a casa, las lavé y las puse en un platillo de madera, sin más. No pensé hacer un cuadro con ellas en aquel momento sino más tarde, al llegar el frío de verdad, es cuando se me ha ocurrido hacer un cuadro otoñal-invernal. Para unificar el colorido de las ramas y las hojas secas, he utilizado pintura acrílica blanca mate.
Materiales:
- Un lienzo de algodón (yo he utilizado uno de 80x60cm.).
- Unas cuantas ramas secas.
- Unas cuantas hojas secas. Las de este DIY son de Magnolio, pero puedes usar otras.
- Pintura acrílica blanca mate.
- Un pincel + Agua.
- Una lija suave.
- Pegamento fuerte, de contacto, transparente.
- Un par de clavos, cuelga-fácil o alcayatas, para colgar el cuadro.
Paso a paso:
1. Lava con agua jabonosa las ramas y las hojas. Deja secar 48 horas.
2. Mezcla 1 parte de pintura acrílica blanca con una parte de agua en un recipiente.
3. Pinta las ramas y las hojas con la pintura blanca diluida en agua. Deja secar 24 horas.
4. Con una lija suave o de grano muy fino, desgasta un poco la pintura para que no sea un blanco total, sino que quede con un aspecto decapado y más natural, dejando entrever el color que hay debajo.
5. Sobre una superficie horizontal, coloca el lienzo y haz un pequeño replanteo de cómo colocarás las ramas y/o las hojas y, cuando estés seguro/a del resultado, fíjalas con pegamento transparente.
6. Deja secar y ¡ listo !, al día siguiente ya puedes colgarlo.
Aunque es más bien de
estilo nórdico o escandinavo, al ser un color tan neutro y natural puede encajar sin problemas en cualquier rincón, independientemente del estilo decorativo.
Una de las cosas que más me gusta de la composición es que, al ser tridimensional, se crean sombras que enriquecen mucho el resultado, y varía según la incidencia de la luz.
“El final del otoño”, “La caída de la última hoja”, “Naturaleza muerta”,… llámalo como quieras, pero sobre todo anímate a hacer uno similar y disfrútalo.