Una mesita de noche puede convertirse en protagonista de la decoración de tu dormitorio. Disponemos de varias opciones: integrarla en el ambiente o por el contrario, enfatizar su singularidad. Te damos algunas ideas para que este mueble auxiliar sea cómodo y ayude a transformar el ambiente de tu habitación.
¿Sabías que nos pasamos más de un tercio de nuestra vida durmiendo? Y a esas horas habría que añadir los momentos en qué nos relajamos en la intimidad de nuestro dormitorio. De ahí la necesidad de que el ambiente de esta estancia sea lo más agradable posible. Una mesita de noche cumple una función claramente práctica pero no por ello debemos desaprovechar sus virtudes estéticas. Para elegir una mesita de noche hay que tener en cuenta el espacio del que disponemos, la atmósfera que queremos crear y evidentemente el uso que vamos a darle.
Apoyo y comodidad
Una de las premisas que debe cumplir una mesita de noche es que sirva de soporte para todo aquello que necesitamos tener a mano. Desde un vaso de agua hasta el mando del televisor. Si la lectura forma parte de nuestra rutina antes de ir a dormir, un punto de luz direccional y un lugar para dejar nuestro libro será imprescindible. Es importante que la mesita de noche se encuentre a la altura del colchón y no muy lejos de la cama para que no tengamos que incorporarnos.
Adecuadas al espacio
Cuando el espacio entre la pared y la cama es tan mínimo que es imposible ubicar una mesita de noche, podemos recurrir a otro tipo de mobiliario como por ejemplo pequeños taburetes o repisas encajadas en el mismo cabecero de la cama. En las habitaciones individuales la mesita de noche puede emparejarse con otro mueble o incluso integrarse en una estructura modular.
Crear ambiente
Para personalizar el dormitorio, podemos utilizar opciones de mobiliario singulares y/o recuperar objetos viejos y reciclarlos con técnicas de DIY. Una caja de frutas, un tronco de madera, un baúl restaurado o unas maletas antiguas pueden tener una segunda vida al lado de nuestro cabecero y aportar, además, carácter a la estancia. Eso sí, recuerda combinarlos con el resto de elementos como la pintura de las paredes o los textiles.