Posted: 31 Jul 2016 05:01 AM PDT
El verano es tiempo de playa, de mar. Es tiempo de sabor a pescado. Y qué mejor que marcharnos hasta Suecia para conocer una encantadora casa de pescadores en la que se respira el estilo marinero por sus cuatro costados.
Una bucólica casa construida en 1830 situada a pocos pasos del muelle de la localidad costera de Smögen y que sorprende a cada paso que das gracias a la sencillez y a la cantidad de detalles que le dan ese sabor tan especial.
Sin duda la cocina es el espacio que tiene más sabor de toda la casa. Un espacio en el que predomina la madera, el azul y blanco, tanto en muebles como en complementos del hogar.
El estilo como podéis ver es rústico, con vigas a la vista pintadas en blanco, un color que tambien se ha utilizado para los azulejos o para las paredes revestidas de madera.
Hay armarios empotrados, pintados en azul, y una estufa de madera para dar un calentón en esos momentos en los que el frío nórdico atenaza. La alfombra situada en la zona de comedor da el toque de color cálido a la estancia.
Tras la cocina, pasamos al vecino cuarto de estar. Un espacio lleno de luz en el que se respira ambiente nórdico, pero matizado por el toque navy que reina en toda la casa. Sofás en color azul y blanco, cortinas con detalles tan marineros como barcos o ti mones, una encantadora escalera de mano desgastada...
La escalera de acceso al primer piso sigue el estilo marinero, aunque rompe un poco con el estilo del resto de la casa en azul y blanco. En este caso, se ha apostado por la combinación del verde menta y el blanco, incorporando elementos netamente marineros, como esta ruda cuerda que hace las veces de pasamanos, la campanilla situada al inicio de la escalera o el cuadro con el marinero, con pipa incluida.
En la primera planta, la cubierta del tejado inclinada marca los espacios allí situados. El dormitorio principal destaca por su sencillez, aún destaca más si caben los suelos de madera maciza, en combinación con las paredes pintadas en blanco y el amplio cabecero de madera pintado en color burdeos.
El otro dormitorio es otra de las joyas de la casa. Más pequeño, y con una encantadora irregularidad gracias a las formas caprichosas de los tejados inclinados, este dormitorio destaca por el papel de las paredes, y por ese diván en azul, perfecto para recostarse a leer en esas frecuentes tardes de lluvia mientras ver caer las gotas de agua tras el cristal de las ventanas.
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